miércoles, 9 de diciembre de 2015

Apolo 13, el fracaso más exitoso de la carrera espacial

"Si morimos, queremos que la gente lo acepte. Este es un trabajo peligroso, y si algo nos sucediera, esperamos que eso no retrase el programa. La conquista del espacio merece arriesgar la vida". Con estas palabras, Guss Grissom, comandante del Apolo 1, contestaba a una pregunta de Associated Press acerca de los riesgos que se asumían en la carrera espacial, apenas un mes antes de que un incendio dentro de su cápsula se llevara su vida y la de su tripulación, Edward White y Roger Chafee, durante una prueba en tierra el 27 de enero de 1967.
El programa espacial americano se cobraba de esta manera sus primeras tres víctimas en su intento de llegar a la Luna. Otros antes que ellos habían dado sus vidas durante pruebas y entrenamientos tanto en la Unión Soviética como en Estados Unidos, pero la tripulación del Apolo 1 fue la primera que se perdió dentro de una nave espacial, si bien, en tierra firme. Ningún programa se había cobrado aún la vida de ningún astronauta en vuelo, pero esto último fue precisamente lo que acabaría sucediendo apenas dos meses después en el lado soviético, cuando Vladimir Komarov murió al regreso de su vuelo espacial a causa del impacto contra el suelo de la nave Soyuz que tripulaba, cuyo sistema de paracaídas no llegó a desplegarse con éxito.
La lista de accidentes fatales en la corta historia de la exploración espacial estuvo a punto de aumentar tres años más tarde, cuando uno de los tanques de oxígeno del módulo de servicio del Apolo 13 explotó estando la nave a unos 320.000 km de la Tierra. A partir de ese momento, la tripulación, compuesta por Jim Lovell, Jack Swigert y Fred Haise, vivió durante casi 4 días uno de los dramas humanos de supervivencia más memorables en la historia de las exploraciones y los descubrimientos.

ISRAEL DIAZ HERNANDEZ

J,HGHG